Thursday, May 1, 2008

Fundamento 3

Kendo, esa la palabra sobre la cual giraba cada día, la que daba sentido a cada día, la que a la hora de despertar era el desafío principal y a la hora de acostarse era el elemento de sopeso de haber tenido una jornada fructífera o no.
Todos los practicantes de Budo u otras disciplinas artísticas y deportivas saben que la clave para llegar a tener un buen nivel de desempeño es a través del entrenamiento constante. No importa si juegas ajederez o si bailas ballet, si quieres perfeccionarte en la múscia o si decides hacer 100 saltos en la cuerda sin tropezar; estudiar la técnica de nada sirve si no estas en constante práctica. Sin embargo y a pesar que esto es de conocimiento común, sobre todo los chilenos, tenemos una enorme capacidad de excusa para justamente evadir el ser esponsables de lo que hemos elegido por voluntad propia.
Creo que el concepto de "Arte Marcial" es muy correcto para definir las formas de Budo, ya que tanto una vida dedicada al arte como una carrera de enfoque militar, requieren de una constante disciplina, que es en definitiva la base para ser un buen "practicante marcial".
Esto lo comencé a entender y asimilar en el primer año en Japón. Los Sensei constantemente nos recalcaban que no importase qué estuviesemos en el dojo cada día, pudiesemos o no entrenar, pero estar ahí, como acto disciplinario. Vi a estudiantes japoneses mas de una vez llegar en muletas con una pierna o brazo con yeso debido a un accidente en moto (casi todos los estudiantes en IBU usan scooters para desplzarse) y sentarse durante semanas sin hacer nada mas que acto de prescencia en el dojo, o tal vez jugar con el shinai por ese par de horas, pero usando el tiempo que han designado a Kendo justamente para Kendo y no para otra cosa. Asmismo después de las fiestas (que no eran pocas) sin importar a que hora y que tan borracho estabas, pararse en el dojo la siguiente mañana, como fuera.
Poco a poco fui adaptándome al ritmo de entrenamiento y a las formas de comportarse dentro del dojo. Ciertamente Kendo es una de las disciplinas con mas manifestaciones de respeto y protocolo, pero al estar con más de 200 estudiantes, todos tratando de ser notados por los 4 Sensei del club, hay ciertas reglas de sobrevivencia que aprender. Cómo obtener keiko y asi consejo del Sensei era algo que debía venir preconcebido de antes de entar al dojo, era todo un desafío que podía tomar las 2 horas de práctica. El primer año estuve esperando mi turno eternamente mas de una vez, ya que los japoneses, precisamente por ser extranjeros, nos relegaban de la fila con artimañas a veces poco decorosas. La gente de Judo sin embargo sufría( y sufre) mucho mas de la discrimación en la práctica. Al grupo de Kendo solo las primeras semanas no fue díficil conseguir que alguien nos aceptara para practicar, pero para Judo simplemente era la constante de todo el año. El ambiente competitivo que se vive en IBU afecta, o mas bien ayuda a desvelar mucho del sentido místico que se le da a la práctica, muchas veces sobre explotado. Creo que esa en una de las diferencias considerables entre 3 tipos de practicantes que visitan Japón con ánimos de aprender:
Primero esta el "turista" aquel ilusionado practicante que llega a la escencia de la sabiduría marcial, y que por las próximas 2 semanas, o tal vez mas! (o menos) se expondrá al contacto místico de las calles de Japón, probará toda arte curinaria de energía elicoidante que le pongan sin atisbo de encontrarle siquiera extraña para su exaltado espíritu, y que obviamente en ese laaaargo período de tiempo aprende los mas secretos movimientos mortales y efectivos del Arte Marcial, los cuales guardará en haras de perfeccionamiento espiritual y que no dudará de exponer con pomposidad a cualquier neófito que se le acerque cuando este devuelta en su comunidad. Este tipo de practicante abunda en Japón, llegan en masa todos los días a Narita u Osaka de todas las latitudes imaginarias del planeta. El turista en Japón, o aquel que tiene la posibilidad de practicar por un corto período de tiempo, digamos no mas de un mes, siempre es atendido con esmero y dedicación. Los Sensei, regularmente los de grado medio-avanzado, no dudarán en darle largas explicaciones conceptuales que sin dudas son conocimiento y experiencia, pero que carecen muchas veces de consistencia. El turista es siempre invitado, y en la mentalidad japonesa existe un dispositivo que determina su comportamiento de acuerdo al tiempo de estadía que el visitante pretende estar en la isla. No por nada una de las primeras preguntas que un japones hace es cuánto tiempo pretendes estar en su país, o algunas veces simplemente te preguntan, y cuando se va? Entonces nuestro querido(y respetado sin dudas) turista marcial ésta inocente pregunta marca su destino para ver justamente como todo lo que había leído sobre la "raza superior" nipona es simplemente realidad. Asimismo el japonés tiene la inconsciente obligación de que el Gaijin ilusionado vea cumplida su meta, ya que nada peor que dejar parado al propio país y la porpia cultura. Tuve la suerte de deambular con varios turistas marciales en Japón y encontrarme a otros en el dojo. Asimismo vi muchas veces cómo el Sensei o japonés a cargo de nuestro inocente turista tenía que dar excusas por el poco decoroso comportamiento o simpelmente por la falta de tino del invitado que suele meter las patas sin querer. "Disculpe, es extranjero y no sabe como comportarse", frase típica que dicha en japonés formal o rápido no es perceptible aunque nuestro visitante tuviese algún conocimiento del idioma.
Luego esta el practicante de enfoque que en período de tiempo suele visitar Japón al igual que el tursita, sin embargo ya ha tenido un recorrido marcial maduro que le permite realmente aprender y practicar como uno mas del resto. regularmente este es el caso de practicantes que ya han vivido años en Japón o que han desarrollado una relación mas profunda con sus Sensei, lo cual les permite saltarse toda la parafernalia e ir directo al punto. La diferencia se nota porque el Enfocado sabe como comportarse, responde de la manera que corresponde y no hace preguntas sin sentido cada 5 minutos, mas bien no pregunta mucho, practica y practica.
Y asi tambíen estan quienes va a Japón ya sea a estudiar o trabajar y que viven por mas de 6 meses en la isla. Este tipo de practicante se divide en 2 partes, el que sabe a lo que va y el que cree saber a lo que va. La diferencia claramemente pasa primero por la madurez personal, que no necesariamente esta conectada con la edad de la persona. Muchos se creen el cuento de que serán el mismo caso del turista, pero por todo el año. Pretenden que los anden trayendo de la mano y hasta se sienten con cierta capacidad superior para dar consejos inclusive a quienes llevan mas tiempo que ellos en el mismo Japón. Regularmente estos individuos estan convencidos de que el solo hecho de estar largo tiempo en la isla y practicando con cierta constancia les dará la clave secreta del arte marcial (por ello son como el turista). Nada mas alejado de la realidad!!. Practicar por un año en Japón no es nada. No creo que haya un tiempo definido que determine cuántos meses o años se necesitan en realidad para llegar a cierto nivel de conocimiento, pero si creo que existe un enfoque, o fundamento, que si ayuda sin dudas a que el preciado tiempo que se tenga para aprender en la escencia del Budo sea realemente de crecimiento y, lo mas importante, de proyección.
Vuelvo entonces a lo que era la práctica en IBU, con toda esa masa de japoneses hostiles, que te sonríen tan solo porque el Sensei les advirtió que mejor lo hicieran...El Budo y las artes marciales no son la raíz de siglos de meditación trascendental ni de devanarse los sesos con complicados aertijos poéticos, son, sin más ni menos, un acto de superviviencia y agresión, de belicosidad, guerra, muerte y sufrimiento. Ahora, dentro de ese panorama oscuro, de mucha competitividad por obtener mas, tanto económicamente como socialmente, se desarrolla esta caballería, muy presente en occidente también, que permite de cierta manera civilizar el acto cruel de matar con un pedazo de fierro a machacazos a otro ser humano. Así en los tiempos de paz, cuando el Bushi queda cesante pero con una posición social estable, comienza la relación moral-guerrera, que va a definir los parámetros de esta espiritualidad que se le otorga al Budo en sí.
Han habido grandes autores de ello, y que sin dudas han sido claves para la evolución del Arte Marcial, sin embargo hay un fundamento que en el período que no fui turista en Japón, aprendí a sudor mas que todo y a rabia muchas veces: Que nada vale en el camino marcial si no tienes como objetivo primario el ser fuerte. En Kendo como la vía a la cual me dedico, que ese concepto de Fudoshin no tiene peso alguno sin la espada entre las manos y la inmutabilidad para pararse en silencio a entrenar cada día sin excusa, sin duda y con ansias de ser mejor que los demás y después que uno mismo.

F U D O K E N
不  動  剣

2 comments:

Osvaldo said...

que interesante y honesta apreciación!
espero no te moleste que me inspire en tus comentarios para vertir ciertas ideas a la gente del dojo.

トマス said...

Miguel!
tenias blog??no sabia
weno,bkn saber de ti.

donde has estado ultimamente?

si estas en chile,no te quedes atras e intenta ir al 2do tope de seleccion en temuco,igual esta mal que te diga anda,me gustaria que estuvieras en el equipo,pero tienes que hablar nose si con sensei,pero estoy seguro que si shioiri sensei sabe que estas aqui y que podrias participar en el sudamericano te tomaria en cuenta si te fuera bien en el tope y en el nacional!.

ya estamos en contacto,
気をつけろ!