Sunday, May 11, 2008

Proyección

En los antiguos textos de Budo podemos encontrar muchas asociaciones al vivir día a día, como si fuese el último. Mucho del comportamiento japonés, sobre todo en lo laboral, esta relacionado con esta idea, el "reiniciarse" cada día desde cero hacer lo que hay que hacer (o lo que se espera que haga sería mas correcto), luego dormir y resetearse para el comenzar una vez más la siguiente mañana.  一期一会 ICHIGOICHIE, que significa hoy y ahora, tiene una fuerte implicancia en todos los aspectos culturales nipones, lo que incluye la práctica marcial sin dudas.
Esto ayuda trapéuticamente a seguir el ritmo de una sociedad superdisciplinada, y de la misma manera a pararse todos los días en el dojo sin quejarse por estar cansado por la práctica del día anterior.
Sin embargo como importante es entrenar cada día y/o cada tiempo que hemos asignado para ello, es de suma importancia ser consciente y sobre todo desarrollar el principio de Autocrítica. Por ello ser consciente de nuestra práctica y proyectarla en el tiempo es vital para tener un proceso de crecimiento maduro en Kendo.
Muchas veces ocurre que tenemos la opción de practicar en algún seminario u otro evento con Senseis de mayor nivel y experiencia, recogemos sus consejos y correcciones a la forma, nos volvemos al nuestro querido dojo con los amigos de siempre, y en 2 semanas ya volvimos a las mismos errores y mañas. Esto pasa por lo anteriormente señalado. A pesar que vivir la práctica día a día, tener experiencias realmente enriquecedoras, si no somos capaces de mantener un estado de seria crítica personal mas proyecciones ha alcanzar dentro del entrenamiento, perdemos un considerable tiempo que justamente es una de las grandes desventajas en comparación con los practicantes en Japón.
Los japoneses pueden desarrollar un buen nivel de Kendo siguiendo el precepto de IchigoIchie por el simple hecho que practican desde los 5 años de edad. Los japoneses que comienzan mas tarde el entrenamiento, digamos después de los 15, soy muy pocos los que llegan a igualar aquienes empiezan mas temprano, ya que siguen la misma filosofía de entrenamiento, pero 10 años mas tarde. Por eso, los occidentales que partimos entrenando Kendo por vocación personal, es decir no antes de los 16 años, o en la Universidad, o inclusive después, no podemos pretender llegar a un buen nivel a través del mismo camino. Por ello es que debemos proyectar y conscientizar nuestro aprendizaje con mayor rigurosidad y planificación.
Recuerdo una vez Nawata Sensei, de MarunoUchi, me preguntó si llevaba una cuenta de mis prácticas anuales. Era aproximadamente 20 de Enero y me dijo que ya llevaba 44 entrenamientos en el correr del año. Sin embargo el año pasado a la misma fecha llevaba 46, lo cual le preocupaba por no cumplir su meta anual de no recuerdo cuántos cientos de prácticas.
-20 días-pensé, mas de 40 prácticas!!!! Conte mis penosas 12 0 15 prácticas que llevaba del año y mejor me quede callado para no pasar verguenza. Asimismo me aconsejó no tan solo contar el número de prácticas, sino también llevar un registro de avances, fortalezas y debilidades.
-Cuando nos ponemos viejos-dijo-es fácil perder el nivel, asi que hay que estar atento y esforzarse el doble.
De la misma manera Watanabe Sensei, Presidente del Club y del consejo de shimpan de Tokyo central, siempre me recordaba traer en mente algo específico a trabajar en cada práctica, y no tan solo "sudar por sudar", que también es fundamental, pero que hay que darle sentido.
Mi gran respetado amigo y Sempai de Bélgica, Serge Boffa, quien paso varios años practicando en la Policía de Chiba me comentaba que en cada una de sus visitas a Japón, recoge la "tarea" que le asigna su Sensei, vuelve a su dojo y la entrena con objetivo de en su próxima visita poder recoger una nueva tarea, sino el Sensei no le dira nada, lo cual significa que debe seguir trabajando en el mismo objetivo.
Estos son tres ejemplos significativos en cuanto a entrenar y asimismo proyectar nuestro entrenamiento. Si creo que mis piernas son débiles, bueno hacer algo al respecto y no tratar de aprender algun truco que me ayude en a evadir esta falencia. Si veo que todos me dan kote cada vez que quiero hacer men, no trtar solamente de aprender contraataques, sino concentrarme en hacer una buena entrada(Seme) correguir mi técnica basica, y asi sucesivamente.
Suerte en el camino.

Thursday, May 1, 2008

Fundamento 3

Kendo, esa la palabra sobre la cual giraba cada día, la que daba sentido a cada día, la que a la hora de despertar era el desafío principal y a la hora de acostarse era el elemento de sopeso de haber tenido una jornada fructífera o no.
Todos los practicantes de Budo u otras disciplinas artísticas y deportivas saben que la clave para llegar a tener un buen nivel de desempeño es a través del entrenamiento constante. No importa si juegas ajederez o si bailas ballet, si quieres perfeccionarte en la múscia o si decides hacer 100 saltos en la cuerda sin tropezar; estudiar la técnica de nada sirve si no estas en constante práctica. Sin embargo y a pesar que esto es de conocimiento común, sobre todo los chilenos, tenemos una enorme capacidad de excusa para justamente evadir el ser esponsables de lo que hemos elegido por voluntad propia.
Creo que el concepto de "Arte Marcial" es muy correcto para definir las formas de Budo, ya que tanto una vida dedicada al arte como una carrera de enfoque militar, requieren de una constante disciplina, que es en definitiva la base para ser un buen "practicante marcial".
Esto lo comencé a entender y asimilar en el primer año en Japón. Los Sensei constantemente nos recalcaban que no importase qué estuviesemos en el dojo cada día, pudiesemos o no entrenar, pero estar ahí, como acto disciplinario. Vi a estudiantes japoneses mas de una vez llegar en muletas con una pierna o brazo con yeso debido a un accidente en moto (casi todos los estudiantes en IBU usan scooters para desplzarse) y sentarse durante semanas sin hacer nada mas que acto de prescencia en el dojo, o tal vez jugar con el shinai por ese par de horas, pero usando el tiempo que han designado a Kendo justamente para Kendo y no para otra cosa. Asmismo después de las fiestas (que no eran pocas) sin importar a que hora y que tan borracho estabas, pararse en el dojo la siguiente mañana, como fuera.
Poco a poco fui adaptándome al ritmo de entrenamiento y a las formas de comportarse dentro del dojo. Ciertamente Kendo es una de las disciplinas con mas manifestaciones de respeto y protocolo, pero al estar con más de 200 estudiantes, todos tratando de ser notados por los 4 Sensei del club, hay ciertas reglas de sobrevivencia que aprender. Cómo obtener keiko y asi consejo del Sensei era algo que debía venir preconcebido de antes de entar al dojo, era todo un desafío que podía tomar las 2 horas de práctica. El primer año estuve esperando mi turno eternamente mas de una vez, ya que los japoneses, precisamente por ser extranjeros, nos relegaban de la fila con artimañas a veces poco decorosas. La gente de Judo sin embargo sufría( y sufre) mucho mas de la discrimación en la práctica. Al grupo de Kendo solo las primeras semanas no fue díficil conseguir que alguien nos aceptara para practicar, pero para Judo simplemente era la constante de todo el año. El ambiente competitivo que se vive en IBU afecta, o mas bien ayuda a desvelar mucho del sentido místico que se le da a la práctica, muchas veces sobre explotado. Creo que esa en una de las diferencias considerables entre 3 tipos de practicantes que visitan Japón con ánimos de aprender:
Primero esta el "turista" aquel ilusionado practicante que llega a la escencia de la sabiduría marcial, y que por las próximas 2 semanas, o tal vez mas! (o menos) se expondrá al contacto místico de las calles de Japón, probará toda arte curinaria de energía elicoidante que le pongan sin atisbo de encontrarle siquiera extraña para su exaltado espíritu, y que obviamente en ese laaaargo período de tiempo aprende los mas secretos movimientos mortales y efectivos del Arte Marcial, los cuales guardará en haras de perfeccionamiento espiritual y que no dudará de exponer con pomposidad a cualquier neófito que se le acerque cuando este devuelta en su comunidad. Este tipo de practicante abunda en Japón, llegan en masa todos los días a Narita u Osaka de todas las latitudes imaginarias del planeta. El turista en Japón, o aquel que tiene la posibilidad de practicar por un corto período de tiempo, digamos no mas de un mes, siempre es atendido con esmero y dedicación. Los Sensei, regularmente los de grado medio-avanzado, no dudarán en darle largas explicaciones conceptuales que sin dudas son conocimiento y experiencia, pero que carecen muchas veces de consistencia. El turista es siempre invitado, y en la mentalidad japonesa existe un dispositivo que determina su comportamiento de acuerdo al tiempo de estadía que el visitante pretende estar en la isla. No por nada una de las primeras preguntas que un japones hace es cuánto tiempo pretendes estar en su país, o algunas veces simplemente te preguntan, y cuando se va? Entonces nuestro querido(y respetado sin dudas) turista marcial ésta inocente pregunta marca su destino para ver justamente como todo lo que había leído sobre la "raza superior" nipona es simplemente realidad. Asimismo el japonés tiene la inconsciente obligación de que el Gaijin ilusionado vea cumplida su meta, ya que nada peor que dejar parado al propio país y la porpia cultura. Tuve la suerte de deambular con varios turistas marciales en Japón y encontrarme a otros en el dojo. Asimismo vi muchas veces cómo el Sensei o japonés a cargo de nuestro inocente turista tenía que dar excusas por el poco decoroso comportamiento o simpelmente por la falta de tino del invitado que suele meter las patas sin querer. "Disculpe, es extranjero y no sabe como comportarse", frase típica que dicha en japonés formal o rápido no es perceptible aunque nuestro visitante tuviese algún conocimiento del idioma.
Luego esta el practicante de enfoque que en período de tiempo suele visitar Japón al igual que el tursita, sin embargo ya ha tenido un recorrido marcial maduro que le permite realmente aprender y practicar como uno mas del resto. regularmente este es el caso de practicantes que ya han vivido años en Japón o que han desarrollado una relación mas profunda con sus Sensei, lo cual les permite saltarse toda la parafernalia e ir directo al punto. La diferencia se nota porque el Enfocado sabe como comportarse, responde de la manera que corresponde y no hace preguntas sin sentido cada 5 minutos, mas bien no pregunta mucho, practica y practica.
Y asi tambíen estan quienes va a Japón ya sea a estudiar o trabajar y que viven por mas de 6 meses en la isla. Este tipo de practicante se divide en 2 partes, el que sabe a lo que va y el que cree saber a lo que va. La diferencia claramemente pasa primero por la madurez personal, que no necesariamente esta conectada con la edad de la persona. Muchos se creen el cuento de que serán el mismo caso del turista, pero por todo el año. Pretenden que los anden trayendo de la mano y hasta se sienten con cierta capacidad superior para dar consejos inclusive a quienes llevan mas tiempo que ellos en el mismo Japón. Regularmente estos individuos estan convencidos de que el solo hecho de estar largo tiempo en la isla y practicando con cierta constancia les dará la clave secreta del arte marcial (por ello son como el turista). Nada mas alejado de la realidad!!. Practicar por un año en Japón no es nada. No creo que haya un tiempo definido que determine cuántos meses o años se necesitan en realidad para llegar a cierto nivel de conocimiento, pero si creo que existe un enfoque, o fundamento, que si ayuda sin dudas a que el preciado tiempo que se tenga para aprender en la escencia del Budo sea realemente de crecimiento y, lo mas importante, de proyección.
Vuelvo entonces a lo que era la práctica en IBU, con toda esa masa de japoneses hostiles, que te sonríen tan solo porque el Sensei les advirtió que mejor lo hicieran...El Budo y las artes marciales no son la raíz de siglos de meditación trascendental ni de devanarse los sesos con complicados aertijos poéticos, son, sin más ni menos, un acto de superviviencia y agresión, de belicosidad, guerra, muerte y sufrimiento. Ahora, dentro de ese panorama oscuro, de mucha competitividad por obtener mas, tanto económicamente como socialmente, se desarrolla esta caballería, muy presente en occidente también, que permite de cierta manera civilizar el acto cruel de matar con un pedazo de fierro a machacazos a otro ser humano. Así en los tiempos de paz, cuando el Bushi queda cesante pero con una posición social estable, comienza la relación moral-guerrera, que va a definir los parámetros de esta espiritualidad que se le otorga al Budo en sí.
Han habido grandes autores de ello, y que sin dudas han sido claves para la evolución del Arte Marcial, sin embargo hay un fundamento que en el período que no fui turista en Japón, aprendí a sudor mas que todo y a rabia muchas veces: Que nada vale en el camino marcial si no tienes como objetivo primario el ser fuerte. En Kendo como la vía a la cual me dedico, que ese concepto de Fudoshin no tiene peso alguno sin la espada entre las manos y la inmutabilidad para pararse en silencio a entrenar cada día sin excusa, sin duda y con ansias de ser mejor que los demás y después que uno mismo.

F U D O K E N
不  動  剣

Tuesday, April 29, 2008

Fundamento 2



Asi como llegar a Japón fue una aventura en sí, mantenerse incólume en el objetivo fue el desafío una vez alla.
Cuando partí con la idea, no tenía seguro que iba hacer en Japón. Sabía que el enfoque principal era practicar Budo en su escencia, pero ¿cual de las tantas vías?. Desde mi primeros pasos en defensa personal Kendo me llamaba la atención. Luego vino el Karate, el cual aún hoy en día mantengo como uno de mis principios metodológicos de práctica, gracias a que mi Sensei O. Rodriguez a través de la escuela IsshinRyu ha hecho un enorme trabajo como profesor, maestro y como uno de los representantes mas ilustres de la tradición de Okinawa; sin embargo el primer contacto con IBU me aclaró que ya era momento de comenzar en Kendo. Entonces es mas válido decir que fue la idea de ir a Japón la que me llevó a Kendo y no al revés, que hubiese sido lo mas obvio.
La búsqueda del camino inmutable se iniciaba entonces en una nueva forma, pero con la misma escencia. Ha de ser por la claridad con que he conservado este concepto, y confirmado a través de la experiencia, lo que me ha permitido mantenerme flexible con respecto a las disciplinas que he practicado y practico; así, en aquel entonces, combinar la práctica de Karate y Kendo fué un beneficio mas que una complicación.
La preparación en este aspecto también fue de vital importancia antes de enfrentar la rigurosa y constante práctica en Japón. Ciertamente es que los ánimos ayudan en un principio a resistir cualquier sobrecarga de entrenamiento, pero en el tiempo el cuerpo tiende a colapsar, ya que no hay motivación que pueda mantener funcionando un cuerpo mal preparado.
Por eso antes de la partida mas que concentrarme en hacer mucho Kendo, me preocupé de fortalecer mi capacidad física. Metido en el gimnasio en las mañanas, luego al trabajo y luego a Kendo o Karate, dependiendo del día y la disposición horaria. Esta explicación que puede parecer vanal para un tema de título "fundamento" tiene una profunda incidencia en la posibilidad de mantener en la práctica el concepto de Fudoshin, ya que una vez en la Universidad, vi como cada uno de mis compañeros cayeron lesionados mediana o gravemente antes de los 3 meses de haber iniciado la práctica soñada por años. Esto sin dudas afectó a la moral de todos ellos, y en realidad solo Daniel V., mi roommate de Escocia, fué el único que se paró en el dojo una vez mas luego de haberse lesionado, e inculsive operado en su estadía en como Bekka Sei (Nombre que se le da al curso y a los estudiantes extranjeros en IBU).
Recuerdo que la primera semana en el dojo tan solo miramos como los Universitarios hacían practica de shiai y Keiko. Creo que esos días sentado horas admirando la forma liviana y grácil con que los estudiantes se la jugaban por ser parte del equipo representativo de la Universidad para la temporada 2004 me hizo comprender mas de Kendo que cualquier otra experencia anterior. Había escuchado el concepto de la armonía en la práctica y como hay que fortalecer el espíritu un montón de veces, sin embargo en Chile he conocido muy poca gente que lleva este concepto a lo que radica la práctica de cualquier Arte Marcial en sí: Ser fuerte.
Con esta visión el primer desafío fue imitar la forma de los japoneses, tratar de hacer lo miso que ellos ejecutan, mirar a los Sensei y entrenar con ellos en cada ocasión posible. Seguí entrenando mis rutinas de gimnasio, que me ayudaron sin dudas a pasar cerca de 2 años sin ninguna lesión considerable, mas algunos entrenamientos extra que teníamos en las mañanas con David y Daniel, supervisados por nuestro gran sempai Manabu, quien con su alegoría nos ayudaba a reforzar la parte básica de los movimientos.
Todo esto iba combinado con la vida en el dormitorio. Las celebraciones no seguían un ritmo mas que la excusa de ir al 7-eleven y comprar aparte del "Cup-ramen" un par de cervezas. Muchos competidores olímpicos de Judo visitaron ese año el dormitorio. Hicimos grandes amigos entre ellos.
Uno de los factores mas trascendentes de esta experiencia es haber compartido con personas de todo el mundo y que, con años mas años menos, habías sido partícipes de una visión común que en definitiva era lo que nos reunía en ese momento en ese lugar. Recordaba entonces cuando sentado en la parcela miraba hacia el cielo con anhelo en los ojos y sentía la soledad de querer algo que parecía tan utópico. Luego conversando con los camaradas en IBU me daba cuenta que en ese minuto no había estado en ese estado de soledad, sino mas bien uniéndome a un deseo y una búsqueda que ocurría en todas las latitudes al mismo momento. Esta sinergía es sin dudas clave a la hora de enfrentar la práctica y asimsmo cuando nos planteamos desafíos de distinto orden.
Entonces esta concepto de Fudoshin mas que una deducción personal pasó a ser un estado universal, una visión compartida que cada cual manifestaba a través de su forma e influenciada por sus propias características culturales. Fué el primer atisbo que me hizo cambiar mi percepción de el real significado de un estado inmutable.

La inmutabilidad la solemos asociar con riguidez, sin embargo 不動心 habla justamente de la flexibilidad. Esta adaptación constante es lo que nos hace inmutables, es decir que, a pesar de cualquier circunstancia externa, factores cambiantes e impredecibles a los cuales estamos expuestos diariamente, el estado de Fudoshin no se ve alterado por su capacidad de constante adaptación.
Kendo es mi camino, y el como llegar a ese estado imperturbable era lo que en definitva iba a aprender en mi peregrinar.

Sunday, April 27, 2008

Fundamento

Esto de Fudoken (不動剣 el nombre del Blog) es una conclusión de tanto concepto que lleva implicado el aprendizaje del Kendo y las artes marciales.
En los años que practicba Karate y leía los libros mas populares en occidente referentes al camino del Budo, me encontré con el concepto de Fudoshin 不動心 o vía del espíritu inmutable. Este concepto pasó a ser el fundamento base de la práctica y de mi visión sobre el camino del Budo. Busqué diferentes fuentes que explicaran mas sobre esta resumida forma de plantearse el "camino" y luego de unos años llegué a una conclusión mas bien personal enfocada a la realidad que vivía en aquellos tiempos como estudiante Universitario y practicante de Karate.
Un día cruzaba el Bio-Bio de vuelta a Concepción luego de mi clase de defensa personal. Recuerdo haber estado leyendo un libro sobre Japón pos 2a guerra; miré hacia la desembocadura del río y me me encontré contemplando un espectacular crepúsculo. Quedé encandilado por esta visión natural, atónito en una mezcla de trance entre la lectura y el paisaje. No sé cuantos segundo estuve así, sin embargo cuando volví la vista, encandilado, me di cuenta que la consecuencia de creer y querer vivir siguiendo el precepto de Fudoshin, me llevaba inevitablemente a dedicar parte de mi vida al Budo. ¿Y por que retrasar lo inevitable?. Fué entonces cuando decidí "saltar al vacío" y poner todo en juego por lograr aquel sueño que se convertía en una meta real: Budo en Japón. Ese tan usual y frecuente viaje en microbus desde San Pedro a Concepción fue único, singular entre otros. Ese cruzar del Bio-Bio fue sin retorno.

Luego de un par de años comenzaba la práctica de Kendo. Recuerdo mis primeras clases en el club de Matta en Santiago ( Ya había retornado a la capital. Estaba trabajando y estudiando japonés), con un shinai con mas scoch que bambú aprendía los movimientos y desplazamientos básicos. Luego de cambiar trabajo, seguí la práctica en el Club Providencia. Compré Bogu y ya había proyectado mi objetivo central para llegar a Japón: IBU, curso de especialización en Kendo.
Gracias a los contactos hechos en el instituto y al apoyo de T.I. de JICA pude establecer contacto y formalizar mi postulación a esta Universidad de Budo.
El primer año que conseguí la información no me fue posible postular, ya que siemplemente el tiempo no me daba para reunir todos los docuementos necesarios.
Pasó un año en donde definitivamente mi familia concluyó que estaba loco, y gran parte de mis amigos que estaba ciegamente obsesionado con esta idea. ¿Para que te quieres ir a Japón? era la pregunta que todos hacían, mirando como ojos dilatados y expresión de sorpresa. Fueron muy pocos en realidad los que al menos escucharon el discurso que cada día daba vueltas en mi cabeza, sobre el camino inmutable del espíritu, y el como llegar a esto a través de la práctica constante.
Asi ya con más preparación, postulé nuevamente. recuerdo ese día que envié los docuementos por TNT, como corrí!. Luego de 10 días revisando el correo cada 5 minutos, en espera de la respuesta, esta llegó: No había sido seleccionado para hacer el curso. Ese fué el real momento en el cual debía aplicar el discurso de Fudoshin, para continuar sin claudicar. Recuerdo haber recibido un gran apoyo de mi sempai en aquel entonces Francisco C. (QEPD). Es por ello que el día de mi partida del dojo lo recordé en voz alta.
El nuevo desafío fué mantener la motivación. Costó en un principio, sin embargo, luego de unos meses, una llamada cambió la perspectiva de las cosas: El director del programa de IBU visitaba Chile por unos días, y estaba intersesado en recoger mi postulación para la Universidad. Todo giró repentinamente en favor a lo tan añorado. Me reuní con Nico y llegamos juntos al Hotel a la entrevista con Ryuji B. sensei, donde nos esperaba ya T.I. Ese encuentro fue sin dudas el punto de quiebre que hacía la diferencia entre soñar con Japón y concretar realmente la idea.
Muchos, creo que casi todo ser humano, necesita de este sueño utópico, esa búsqueda a la cual nunca accedemos, esa meta que nos ponemos para el futuro incierto y que su único objetivo es darnos fuerzas cuando todo va mal, ser una terapia del motivación y permitirnos evadir ciertos momentos amargos o problemáticos que nos cuesta confrontar. Por eso el tener tan solo el sueño es una cosa, el hacerlo realidad o verse confrontado a la posibilidad de ello, suele asustar a sus mismos invocadores. Por eso creo que este punto fue fundamental, cuando la puerta de entrada se abría, y no hay mas escapatoria que seguir adelante porque así lo has decidido.
Lo que siguió despues fueron papeles, trámites y mucho sudor para la recta final del primer paso, que finalmente logré en la fecha indicada en el previo post. Lo resumido aqui son no menos de 5 años de conceptualización y de vivencias. Algunas de ellas me gustaría compartir en un futuro escrito y que son, en definitiva, el fundamento de mi vida hoy.

Wednesday, April 23, 2008

Inicio

El viaje por tierras lejanas ya concluye. Ha sido una larga travesía, en donde todas las fuerzas se concentraron en un punto escencial, el aprendizaje.
El retorno se acerca inminente y, en remembranza a todos esos días de peregrinaje, comienzo este registro con ganas mas pragmáticas que románticas.
La memoria tiende a fallar con el tiempo: terapéuticamente nos olvida de los amargos y difíciles pasos para dejar solo el velo mágico de lo sorprendente y alegórico. Asi, como no lo podemos evitar, lo podemos recopilar en un escrito, fotos y otras fuentes, que nos ayuden a guardar mas imparcialmente la vivencia sorprendente y sombría con la misma capacidad de abstracción.
Los tiempos cambian, las situaciones cambian, los objetivos y prioridades se jerarquizan de distintas maneras. Algunos amigos me dicen "espero que no hayas cambiado"; la respuesta es: lo siento, es inevitable.
Sin embargo detras de todo esto hay un eje escencial, una motivación primaria, una razón profunda y silenciosa, que es la que se mantiene inmutable, por el hecho de adaptarse a la creciente realidad. Quienes logran comprender esto pueden pasar grandes tormentos sin mayores alteraciones; conozco a grandes ejemplos de esto. Esta materia prima fue la que revolucionó mi vida, girándola como una cetrífuga fuera de control y expulsando todo aquello, y aquellos, que en un momento no estuviese alineado con ella. Aquel tiempo fue muy profundo, sin embargo muy solitario, sombrío y de grandes esfuerzos. Cuando esta caótica tormenta de inspiración épica comenzo a apaciguar, me encontraba ya dentro de un Air-Bus a eso de las 07:35 del 29 de marzo del 2004. Todo se me volvía borroso, no porque estuviese triste por la partida, al contrario, sentí el haber estado cruzando una cortina de agua fresca y esperanzadora que me decía que había hecho lo correcto.
Asi pasé 3 días viajando: saltando de un aeropuerto a otro, peleando por mi equipaje en cada uno de ellos. Tirando en el camino cosas que me eran innecesarias como grilletes que ya no necesitaría nunca mas, lidiando con el set de medicamentos que debía tomar por el famoso tratamiento dental, tratando de darme una ducha, metiéndome entre calles de nombres ilegibles, escuchando idiomas irreconocibles, compartiendo miles de kilómetros con individuos intra-planetarios dentro de una carcaza metalica a 10mil metros de altura, pasando días y noches somnolientas entre sueño y realidad, y al mismo tiempo, disfrutando cada una de esas sensaciones sin oldivar ni un ápice de detalles. Si algun oyente se dignara a perder buen tiempo se su vida escuchando la historia de tan solo la travesía en avión, se la podría describir como si hubiese sido ayer.
Como partió todo, es otro cuento que remonta a otros años atras y que también sera menester incluir en el futuro en este relato.