El viaje por tierras lejanas ya concluye. Ha sido una larga travesía, en donde todas las fuerzas se concentraron en un punto escencial, el aprendizaje.
El retorno se acerca inminente y, en remembranza a todos esos días de peregrinaje, comienzo este registro con ganas mas pragmáticas que románticas.
La memoria tiende a fallar con el tiempo: terapéuticamente nos olvida de los amargos y difíciles pasos para dejar solo el velo mágico de lo sorprendente y alegórico. Asi, como no lo podemos evitar, lo podemos recopilar en un escrito, fotos y otras fuentes, que nos ayuden a guardar mas imparcialmente la vivencia sorprendente y sombría con la misma capacidad de abstracción.
Los tiempos cambian, las situaciones cambian, los objetivos y prioridades se jerarquizan de distintas maneras. Algunos amigos me dicen "espero que no hayas cambiado"; la respuesta es: lo siento, es inevitable.
Sin embargo detras de todo esto hay un eje escencial, una motivación primaria, una razón profunda y silenciosa, que es la que se mantiene inmutable, por el hecho de adaptarse a la creciente realidad. Quienes logran comprender esto pueden pasar grandes tormentos sin mayores alteraciones; conozco a grandes ejemplos de esto. Esta materia prima fue la que revolucionó mi vida, girándola como una cetrífuga fuera de control y expulsando todo aquello, y aquellos, que en un momento no estuviese alineado con ella. Aquel tiempo fue muy profundo, sin embargo muy solitario, sombrío y de grandes esfuerzos. Cuando esta caótica tormenta de inspiración épica comenzo a apaciguar, me encontraba ya dentro de un Air-Bus a eso de las 07:35 del 29 de marzo del 2004. Todo se me volvía borroso, no porque estuviese triste por la partida, al contrario, sentí el haber estado cruzando una cortina de agua fresca y esperanzadora que me decía que había hecho lo correcto.
Asi pasé 3 días viajando: saltando de un aeropuerto a otro, peleando por mi equipaje en cada uno de ellos. Tirando en el camino cosas que me eran innecesarias como grilletes que ya no necesitaría nunca mas, lidiando con el set de medicamentos que debía tomar por el famoso tratamiento dental, tratando de darme una ducha, metiéndome entre calles de nombres ilegibles, escuchando idiomas irreconocibles, compartiendo miles de kilómetros con individuos intra-planetarios dentro de una carcaza metalica a 10mil metros de altura, pasando días y noches somnolientas entre sueño y realidad, y al mismo tiempo, disfrutando cada una de esas sensaciones sin oldivar ni un ápice de detalles. Si algun oyente se dignara a perder buen tiempo se su vida escuchando la historia de tan solo la travesía en avión, se la podría describir como si hubiese sido ayer.
Como partió todo, es otro cuento que remonta a otros años atras y que también sera menester incluir en el futuro en este relato.
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